Más del 50% de los productos de maquillaje que se venden con marcas internacionales se fabrican en Italia, en una zona de los alrededores de la ciudad de Crema, a una hora en coche de Milán. Ese cluster de las empresas de cosmética se llama “Lipstick Valley”, es decir “Valle del labial”, y está en fase de grande crecimiento.
Las empresas del Valle son casi 1.000, generan ventas anuales por 12 mil millones de euros, emplean a más de 20.000 personas y se dedican a actividades que van desde la producción de los cosméticos hasta la construcción de maquinaria, de la creación de envases primarios y secundarios hasta los envases del producto, sin olvidar la investigación científica.
La proximidad con Milán, capital de la moda, impulsó a principio de los años ’90 la decisión de algunas empresas del sector a instalarse cerca de la ciudad medieval de Crema (que en mundo muchos conocieron con la película Llámame por tu nombre winner of three Oscar prizes in 2018). A esto se suma que el grupo bancario Intesa San Paolo ha fomentado la creación en la zona de casi 350 startups de cosmética entre el 2012 y 2017.
Se trata de empresas que trabajan detrás de las grandes marcas de belleza como Estèe Lauder, Dior, Chanel y Lancôme, por nombrar solo algunas, y representan la cadena de suministro “upstream” del mercado cosmético.
No se trata de simples subcontratistas sino de alianzas estratégicas que se están abriendo espacio en el mercado a través de la innovación y las patentes propias: su tasa media de inversión en I+D ronda el 7% y supera con creces la media nacional.
La expectativa del mercado es que después de la pandemia la gente tenga ganas de maquillarse al sacarse las mascarillas en público y, por lo tanto, el Valle vuelva a repuntar con fuerza en la producción. Los datos ya registrados en el mes de marzo avalan esta tendencia, fortalecida además por el rol de las redes sociales y la distribución digital.
El mercado mundial es prometedor. Se espera que las ventas de cosméticos solo en China se dupliquen entre 2019 y 2025, alcanzando los 145 mil millones de dólares. El año pasado, Intercos, una de las principales empresas italianas del distrito, tomó el control total de una empresa minorista surcoreana, que permite a Intercos fabricar las marcas populares en el país asiático. Intercos ya fabrica productos para Perfect Diary, una marca china instagrameable cuya empresa matriz, Yatsen Holding, cotizó en Nueva York el año pasado.
Sin duda alguna, el “Lipstick Valley” es una ulterior demostración de la fuerza y del rol clave de cómo funciona la industria italiana, organizada en cluster industriales con miles de empresas pequeñas y medianas conectadas en una red de competición, colaboración y transferencias tecnológicas.
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