La periodista chilena Marilú Ortiz de Rozas ha publicado en la renombrada revista cultural La Panera una reflexión (El arte en tiempos de crisis: Italia, cuna de la belleza, epicentro de la pandemia) sobre la actual condición de Italia, en vilo entre la difícil batalla contra el coronavirus y el mantenimiento de un espíritu inspirado por la belleza que constela la península.

 

Ortíz de Rosas parte por la abnegación que han demostrado los italianos frente a la necesidad de quedarse en casa para frenar el contagio, subrayando como además se hayan generado instancias creativas para sobrellevar el encierro de manera comunitaria que, ahora, son costumbre casi en todo el mundo.

 

Lo han soportado con abnegación, con valor y con arte. Han elevado el espíritu, a fuerza de música que han compartido en vídeos, y han ayudado a elevar el espíritu del resto del mundo, que sigue su ejemplo.”

 

La periodista ahonda su análisis con la ayuda de algunos grandes conocedores de la cultura y de la sociedad italiana. En particular el Profesor Romolo Trebbi, docente, historiador y crítico de arte de destacada trayectoria, y el Embajador de Chile en Italia, Sergio Romero.

 

Ambos destacan como la importancia de la vida familiar en Italia puede haber sido, paradojicamente, un importante factor de difusión del virus entre los adultos mayores.

 

La familia sigue siendo muy importante en Italia, y esto les ha jugado en contra al momento de enfrentar un virus que ha interceptado las costumbres cotidianas.” Dice Trebbi.

 

Mientras que el Embajador Romero recuerda como esta dimensión familiar se refleja muchas veces también en las PYMES, vehículo de tradiciones y, lamentablemente, de contagio en época de pandemia.

 

Entrar a una Trattoria di Cucina Romana es tener claro que la nonna en la cocina tiene las mejores recetas, que su hija en la caja es garantía de seguridad, y que sus nietos están analizando la mejor manera de llevar a futuro esta querida empresa que probablemente fuera fundada por sus bisabuelos o tatarabuelos. También viven juntos o muy cerca, y todo joven italiano saluda con un beso a sus padres o nonos lo más seguido que puede”.

 

Sin embargo no cabe duda de que los italianos están más que capacitados para enfrentar este tipo de situaciones extremas. Ortiz de Rosas, con la ayuda de la periodista chilena radicada en Genova Gloria Mulet, individua esta capacidad resiliente en la memoria, directa o indirecta, de la guerra.

 

La guerra es un fantasma que aún está presente en todo momento, señala Mulet, porque la situación se repite. “La gente se ha despedido de sus enfermos, hoy, en la puerta de sus casas, sabiendo que puede que no los vuelvan a ver, igual que cuando partían al frente”.

 

En este contexto la periodista introduce el tema, fundamental para la vida de los italianos, de la belleza. Las ciudades, bellísimas a pesar de estar vacías -Ortiz de Rosas habla detenidamente de Venecia-  extrañan el flujo de personas que las vuelve vivas. Pero ¿por qué Italia es cuna de tanta belleza? y sobre todo ¿cómo se ha mantenido este patrimonio tan perfectamente? se pregunta la autora.

 

Porque forman parte de la herencia profunda de los italianos, ‘patrimonio’ viene de pater, el padre; entonces es lo que nos legan nuestros antepasados, por eso lo cuidan tanto, a diferencia de lo que ocurre en Chile” responde el Profesor Trebbi, conectando nuevamente la belleza a la importancia de las raíces, familiares o históricas.

 

Finalmente el texto se cierra con un poema de Raúl Zurita, que dedica a la tierra de su madre unos versos abrumadores. Los pueden leer aquí, entrando al artículo.