Sábado 3 de octubre comenzó la edición n°103 del Giro de Italia, la célebre carrera de ciclismo italiana en etapas.

 

Durante 21 días los 176 ciclistas participantes lucharán sobre las carreteras de toda Italia para llegar a Milán vistiendo la mítica camiseta rosada, histórico emblema del leader de la clasifica general.

 

 

La del 2020 es, sin duda, un edición particular: normalmente calendarizada para mayo, la “Corsa Rosa” se tuvo que postergar ya que Italia se encontraba en ese entonces al comienzo del proceso de desconfinamiento.

 

De hecho prioridad en este peculiar Giro d’Italia otoñal serán las medidas anti-Covid. Si por un lado será importante que el público aplique el distanciamiento social y el uso de la mascarilla, otras  importantes están relacionadas con la salud de los atletas, constantemente controlados con exámenes PCR.

 

Si bien una condición distinta y  novedosa, la primera etapa del sábado dio comienzo a un Giro d’Italia que se configura tanto como evento deportivo de enorme interés; como momento simbólico para subrayar y fortalecer la unión de los italianos frente a la emergencia COVID-19 gracias a uno de los grandes hitos deportivos de la historia nacional.

 

Un concepto, aquel de valorización del territorio y de demostración de unión remarcado también por el Ministro del Deporte Spadafora: “El Giro d’Italia es parte de nuestra historia, y la edición 2020 será particular, no solo por porque tiene lugar en otoño, sino porque marca un momento importante para todos nuestros territorios. Mi deseo es que sea un momento para volver a hacer despegar nuestro País.”

 

 

De hecho el Giro es parte integrante de la historia de Italia, no solo deportiva, sino que socio-cultural: desde las grandes rivalidades -como la de Coppi y Bartali- hasta las emociones inolvidables del “Pirata” Marco Pantani en las subidas alpina; pasando obviamente por una infinidad de campeones italianos y extranjeros que dejaron sus huellas en los escenarios más increíbles de la Península.

 

Este año no será diferente, con el italiano Vincenzo Nibali (ya triunfador en dos ediciones) decidido a coronarse nuevamente campeón, mientras sus contrincantes seguramente harán todo lo posible para impedírselo.

 

Así el sábado pasado, en el contexto espectacular de la ciudad normanda de Monreale (Patrimonio de la Humanidad Unesco), El Giro empezó con la clásica etapa cronometro de apertura, ganada por el italiano Filippo Ganna, primera “Maglia Rosa” de la edición 2020.

 

 

 

Sin embargo ha sido la 3era etapa, la de hoy, que dio verdadera muestra de lo increíble que será este Giro de Italia: en otro hermoso marco paisajístico siciliano, la carrera llegó a la cumbre del Volcán Etna… y no faltó ninguno de los elementos típicos del dramatismo ciclístico:  desde la belleza del paisaje casi lunar en los últimos kilómetros de la “escalada” volcánica, hasta la lluvia para aumentar el esfuerzo de los atletas. Y finalmente la hazaña firmada por el ecuatoriano Caicedo, que triunfó en solitario en la cima de la montaña siciliana.

 

Una emocionante premisa, en los primeros día de carrera, que vislumbra gran suspense para las próximas semanas durante las cuales el pelotón subirá la Península hasta llegar a las legendarias cumbres alpinas… allí, inevitablemente, los pretendientes al título tendrán que jugarse sus cartas inflamando la batalla y, ojalá, regalando al público una nueva gran edición del Giro d’Italia.

 

Emociones, está claro, no faltarán…