El proyecto ChileMed liderado por la Escuela de Medicina de la Pontificia Universidad Católica ya está mostrando los primeros resultados alentadores. Si bien el proyecto, iniciado gracias a un acuerdo de cooperación firmado entre la Embajada de Italia y la Pontificia Universidad Católica en enero 2020, debería concluir en 2024, el equipo de científicos a cargo del estudio nos ha compartido la información de que el primer grupo de paciente está mostrando cambios importantes en parámetros considerados como factores de riesgo para el desarrollo de las enfermedades.
En los pacientes que participan en el estudio ChileMed, la adopción de un patrón alimenticio inspirado en la dieta mediterránea está mostrando una disminución significativa en la obesidad abdominal y en los niveles de triglicéridos, así como un mejor control glicémico, todos factores asociados al síndrome metabólico.
Un equipo de profesionales que se compone de médicos, nutricionistas, psicólogos se ha puesto a disposición para evaluar y acompañar a los pacientes en la adopción de mejoras en el estilo de vida privilegiando una alimentación más saludable gracias al utilizo de productos chilenos frescos y baratos que perfectamente se conyugan con el patrón alimenticio de la “Dieta Mediterránea”.
A través de recetas elaboradas por los nutricionistas y que privilegian el uso de verduras de estación, legumbre, pasta, pescado y carnes blancas, la incorporación de lácteos, los pacientes aprenden de manera sencillas a elaborar preparaciones gustosas y simple compatibles con las exigencias y los ritmos de vida diarios, sin restricciones especificas en el consumo de alimentos. Todo esto acompañado por sencillos “tips” sobre cómo organizar de mejor manera el tiempo disponible para la preparación de las comidas.
Paralelamente el equipo de especialistas ha diseñado un programa de bienestar que durante 8 semanas acompaña a los pacientes por una ruta de aprendizaje y experiencias personales que les permite tomar contacto con la ciencia del bienestar y la felicidad y que los apoya a identificar la alimentación como una necesidad física y no psicológica mediante un mejor control de las propias emociones. Durante cada sesión los pacientes pueden intercambiar experiencias y recibir apoyo en sus necesidades emocionales.
Sin duda alguna un proyecto con diferentes aristas e herramientas de apoyo para facilitar un cambio en el estilo de vida y mejorar la salud de las personas.
Otra buena noticias que aún se pueden inscribir en una nueva etapa del proyecto en https://forms.gle/7TfdCtW5QTfCDEAM9
Serán contactado por el equipo de especialistas para ser sometido a evaluación médica y a exámenes totalmente gratuitos y después empezar un recorrido para mejorar su estilo de alimentación y su salud.
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noviembre 17, 2020