El espectáculo nació del encuentro entre los miembros de la compañía Kepler-452 con dos personajes realmente existentes, Giuliano y Annalisa Bianchi, es decir Ljuba y Gaev de la obra original de Antón Chéjov. Una historia que parecía tan distante en el tiempo y en el espacio y que, sin embargo, resultó ser tan similar en su esencia contemporánea. “Il giardino dei ciliegi. Trent’anni di felicità in comodato d’uso” es visible ahora en Escenix.cl.

 

En el “Jardín de los Cerezos” el autor ruso imagina que en un año indefinido de finales del siglo XIX, el jardín de los cerezos de Lyuba y Gaev, terratenientes en la Rusia prerrevolucionaria, es subastado por deudas junto con su casa. El centro del drama es la desaparición de un lugar mágico, profundamente imbuido de la vida de sus habitantes, que en esta reinterpretación de la obra de Chéjov se convierte en el lugar de la pareja, de Giuliano y Annalisa Bianchi.

 

Kepler-452 comenzó así a asomarse entre los pliegues sociales de Bolonia, en busca de su propio “Jardín de los Cerezos”.

 

“Entre los muchos encuentros que hicimos durante nuestra investigacióndice la compañíahubo uno que cambió definitivamente el rumbo de nuestras vidas: el con Giuliano y Annalisa Bianchi, quienes vivieron en una casa de campo durante treinta años cedida en préstamo gratuito por el Municipio en las afueras de Bolonia. Giuliano y Annalisa Bianchi han estado involucrados en dos actividades principales durante treinta años: el control de la población de palomas y la recepción de animales exóticos o peligrosos; activando así una relación extraña, marginal, maravillosa: conviven en casa Bianchi, babuinos, ex reos en libertado condicional, familias gitanas, y una boa constrictor. Treinta años, como dicen Giuliano y Annalisa, de pura felicidad ”.

 

 

Hasta que en 2015, debido a la inminente apertura de un gran parque temático agroalimentario justo en frente de su “jardín de cerezos”, los Bianchi reciben un aviso de desalojo. La magia del lugar – los animales, las relaciones, los afectos – de repente deja de existir en una mañana de septiembre.

 

Una historia tan distante en el tiempo y en el espacio de la de Gaev y Ljuba y, sin embargo, tan similar en su esencia.

 

Kepler-452 pasó mucho tiempo con los Bianchi, tratando de entender qué había pasado y cuál era su posición en relación al asunto. Finalmente, lograron convencerlos de que subieran al escenario, interpretando el papel de Lyuba y Gaev y contando, junto a los actores, la historia del desalojo y de su encuentro con Kepler-452.

 

“Il giardino dei ciliegi. Trent’anni di felicità in comodato d’uso” pretende ser una investigación sobre dónde hoy se encuentra la dialéctica entre la ley y la naturaleza, y dónde estamos ubicados nosotros.

 

O quizás, mucho más sencillamente, es la historia de un encuentro.