Se llama Leonardo, en homenaje al hombre que supo poner la ciencia al servicio del pueblo, dándole un valor práctico, el cuarto superordenador más potente en circulación del Top500 a escala mundial. Capaz de realizar millones de miles de millones de operaciones por segundo, fue inaugurado oficialmente en el Tecnopolo de Bolonia.

Con la inauguración del superordenador Leonardo, el proyecto europeo Euro Hpc (high performance computing) permite a la Unión Europea aunar recursos para reforzar el impacto comunitario en la transformación digital, la investigación científica y la economía. La intuición nació hace cuatro años y desde entonces el proyecto ha recibido unos 7.000 millones de euros para el periodo comprendido entre 2021 y 2027.

A la ceremonia de inauguración asistieron, entre otros, Sergio Mattarella, Presidente de la República, Anna Maria Bernini, Ministra de Universidad e Investigación, Stefano Bonaccini, Presidente de Emilia-Romaña, y Francesco Ubertini, Presidente de Cineca, consorcio interuniversitario de computación automática del noreste de Italia promotor del proyecto en 2019.

Concebido como un musculo más que un cerebro, Leonardo puede realizar 34 millones de miles de millones de operaciones por segundo, pero siempre dictadas por el hombre.

Debido a su tamaño el superordenador ocupa varias salas y tiene miles de nodos, hasta 8-10 veces más potentes que los del ordenador doméstico. Dadas sus capacidades, debe considerarse una infraestructura al servicio de cualquier tipo de investigación que pueda transformarse en simulación. Es el caso de las previsiones meteorológicas y los estudios climáticos, pero también de los proyectos en el campo de la física de materiales y la dinámica de fluidos. Con los superordenadores se puede incluso investigar la capacidad de succión de una campana, el rendimiento de una tabla de surf, la difusión del aerosol emitido por una tos. Se pueden analizar datos financieros y optimizar las extracciones de petróleo.

 

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Caminar por el espacio que separa los dos gigantescos contenedores de servidores, cada uno de los cuales contiene una de las letras que componen la palabra Leonardo, casi hace que te quedes sin aire: y no por esa corriente caliente que te levanta ligeramente el pelo, sino por el hecho de sentirte en cierto modo en el centro de la Tierra, en un punto en el que se dan respuestas que el mundo entero necesita.

Leonardo es además energéticamente eficiente ya que tiene un sistema de refrigeración líquido directo que circula a través de placas que residen en la parte superior de las placas base informáticas. Esta refrigeración permite extraer y reutilizar el 95% del calor disipado en el interior del bastidor.

Por eso merece la pena considerarla una máquina capaz de marcar la diferencia en la vida cotidiana de las personas y de construir nuevas historias en el futuro tecnológico de la humanidad.

 

Fuente: wired.it