Los resultados de una investigación del Observatorio de Inteligencia Artificial de la Escuela de Gestión del Politécnico de Milán, muestran que, a pesar del difícil contexto internacional, para el sector de la inteligencia artificial, el 2022 fue un año récord.

Los continuos avances en las capacidades de las máquinas y las hazañas de Dall-E2 (la inteligencia artificial de OpenAI, capaz de generar rostros fotorrealistas de personas que no existen) y ChatGPT (sistema que puede generar contenidos escritos de forma altamente coherente y muy parecidos a los creados por los humanos) han cautivados a decenas de millones de usuarios en pocas semanas, mostrando al gran público el potencial de esta tecnología.

En Italia, el sector de la IA alcanzó en 2022 los 500 millones de euros, con un crecimiento del 32%, del que el 73% fue generado por empresas italianas (365 millones de euros) y el 27% representado por proyectos de empresas extranjeras en Italia (135 millones de euros).

Tal como demuestra el uso generalizado de esta tecnología, el 61% de las grandes empresas italianas tienen al menos un proyecto de IA en marcha, 10 puntos porcentuales más que hace cinco años. Y entre ellas, el 42% tiene más de una tecnología operativa. Entre las pymes, en cambio, el 15% tiene al menos un proyecto de IA en marcha (en 2021 era el 6%), sin embargo, tal como demuestra la investigación, una de cada tres pyme tiene planes de iniciar otro nuevo proyecto en los próximos dos años.

Contextualmente a la evolución de las aplicaciones, las instituciones internacionales han buscado la forma de proteger a los ciudadanos de las posibles implicaciones negativas del desarrollo y uso de los sistemas de IA. Por ejemplo, el Consejo Europeo ha aprobado la Ley de Inteligencia Artificial, un planteamiento regulador basado en la clasificación de las soluciones según el nivel de riesgo que puedan causar en los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos. Un camino que acabará desembocando en un aparato regulador común a todos los Estados de la UE.

La inteligencia artificial está entrando con fuerza en el pensamiento estratégico y la práctica operativa de las empresas públicas y privadas italianas, con repercusiones en el rendimiento, la estructura de costos, pero también en el rol de las personas.