Italia superó un hito histórico en la generación de energías renovables. Por primera vez, en mayo, más de la mitad de la generación de electricidad se realizó a partir de fuentes verdes, que no dejan huellas de dióxido de carbono en la atmósfera. De hecho, según el último informe sobre el sistema eléctrico publicado por la empresa Terna, en el pasado mes de mayo, la generación de energía por fuentes renovables satisfizo el 51,2% de la demanda energética italiana con un incremento importante respeto al mismo mes del año pasado cuando ese porcentaje fue de un 41%. La fuente renovable que ha registrado el mayor incremento ha sido la fotovoltaica (+25%), seguida por la hidroeléctrica (+11%) y la eólica (+6,3) reduciendo de tal forma la importación de energía eléctrica en un 8%.
Se trata de resultados alentadores que señalan que es posible conyugar la necesidad de la demanda eléctrica con la reducción de las emisiones. Para Italia, que importa todas las fuentes de energía fósil, un mayor uso de energías renovables también significa reducir las importaciones y la dependencia de países extranjeros. Ya en 2018 la dependencia energética de Italia había bajado a un 74%.
En 2017, Italia ya tenía una combinación energética más ecológica que el promedio europeo, como se muestra en esta tabla de un estudio del Aspen Institute Italia con el aporte de la Asociación Elettricitá Futura. Ya en ese año, no más del 15% de la electricidad se producía en Italia con carbón y petróleo (promedio de la UE: 22,4%), 35,8% con energías renovables (UE: 30,5) y 48,4% con gas natural (UE: 21,1%), la fuente fósil más limpia y flexible, que se presta para facilitar la transición ecológica.
El nuevo Plan Nacional Integrado de Energía Eléctrica y Clima impone hoy una permanente aceleración en materia de transición. El sistema eléctrico necesitará inversiones equivalentes a 4,6 mil millones de euro hasta el año 2030, que en su mayoría serán destinadas al desarrollo de las fuentes renovables y especialmente al fotovoltaico y eólico.