La reseña Fare Cinema está disponible gratis online hasta el 21 de junio. Hoy queremos señalarles un contenido original que nos complace particularmente: el destacado director chileno Silvio Caiozzi dio su contribución a la celebración del cine italiano, homenajeando el centenario del nacimiento del maestro Federico Fellini con el cortometraje documental “Fellini al fin del mundo”.

 

Una obra que busca – y logra – demostrar como la magia y el encanto suscitados por Fellini y su cine sean algo que no conoce límites, ni latitudes, ni tampoco deterioro por el paso del tiempo.

 

La idea de Silvio Caiozzi – realizada con el apoyo de la Embajada de Italia en Chile y del Instituto Italiano de Cultura de Santiago – fue clara desde el comienzo: en la región de la Araucanía, en el sur de Chile, hay un pueblo cuyos origines remontan al principio del siglo XX, cuando alrededor de sesenta familias provenientes de Emilia Romagna – la misma región de Italia donde nació Fellini – se establecieron en este territorio, fundando el pueblo de Capitan Pastene.

 

 

Enzo Cortesi Bernales Secretario Regional Ministerial Región de La Araucanía

 

En un principio, como nos relatan sus descendientes en el documental, este grupo de valientes pasó hambre y frío; sin embargo no se dio por vencido y siguió adelante. Construyeron infraestructuras, maquinarias y hasta un cine, que todavía sigue en pie con su proyector original, siendo la joya de este pueblo y el protagonista de esta obra documental.

 

Silvio Caiozzi se inserta en este tejido comunitario para relatar dos eventos que se vuelven fundamentales para entender el valor de la memoria histórica y el respeto emotivo de las tradiciones que caracterizan Capitan Pastene: la “carreteada”, una fiesta donde todo el pueblo cada año participa en la conmemoración de la fundación de la ciudad y una función de Amarcord – obra maestra de Fellini – en el antiguo cine Pastene.

 

 

Con las reacciones de los espectadores, sus rostros y sus emociones en primer plano, con la música de Nino Rota y las imágenes de este paisaje fantástico, Silvio Caiozzi recrea y nos transporta gradualmente en aquella atmósfera felliniana que finalmente descubrimos ser inmortal, y lo hace retomando algunos temas cardinales de la cinematografía de Fellini, como la memoria, la nostalgia, la infancia perdida: recursos expresivos que sólo resultan en las manos de grandes maestros.

 

Pueden ver el cortometraje aquí. ¡Buona visione!