Hace 30 años que el glaciar Presena viene disminuyendo su tamaño. De hecho ya ha perdido un tercio de su volumen como consecuencia del cambio climático.

 

En verano la situación se agrava, hecho por el cual  la provincia autónoma de Trento intenta contrarrestar el deshielo desde el año 2008.

 

¿Cómo? Cubriendo el glaciar alpino con enormes “tapices” que bloquean los rayos del sol.

 

 

«Cada verano lo cubrimos con enormes lonas, que reflejan la luz solar y mantienen la temperatura más baja que en el exterior. Lo hacemos para intentar proteger la masa del glaciar en la medida de lo posible«, explica Davide Panizza, jefe de la empresa Carosello Tonale, responsable de esta operación.

 

Al comienzo, en 2008, se tapó una superficie de 30.000 metros cuadrados. Doce años después el equipo que despliega la protección logra trabajar en un área de 100.000 metros cuadrados, el equivalente a 10 campos de fútbol.

 

Para 2020 acaban de empezar las labores para arropar el Presena, a una altitud de entre 2.700 y 3.000 metros.

 

 

Para cubrir los 100.000 metros cuadrados se demorarán un mes, gracias a lonas que miden 350 metros cuadrados cosidas entre sí con máquinas especializadas para evitar que quede ningún hueco que consienta la entrada de los rayos solares.

 

El glaciar permanecerá resguardado hasta setiembre, cuando quedará descubierto y dispuesto a acoger las primeras nevadas.

 

La operación llevada a cabo ha efectivamente ralentizado el deshielo en un 50% durante la última década. Un gran éxito si se considera que sin toldos la masa de hielo existente por debajo de los 2.900 metros habría ya desaparecido.