Con la tecnología de las plataformas flotantes, se despertó el apetito de Italia por las empresas offshore. En los últimos meses, el número de proyectos previstos frente a las costas italianas, a distancias y profundidades variadas, no ha dejado de aumentar.
La última gran iniciativa en este sentido es la joint venture Bario Bay, una alianza entre Galileo, plataforma paneuropea para el desarrollo de la energía verde, y Hope, empresa con sede técnico-operativa en Bari y activa en el diseño de plantas de energía renovable.
El acuerdo a la base de la joint venture contempla el diseño y construcción de un parque eólico flotante de 1,1 GB en el Mar Adriático.
El proyecto, que lleva el mismo nombre que el acuerdo, prevé la instalación de 74 turbinas flotantes -es decir, sin cimientos, sino construidas sobre plataformas ancladas al lecho marino- situadas a más de 40 kilómetros de la costa de Puglia. Concretamente, en una franja de mar situada entre las aguas de Bari y las del norte de Barletta.
Cada aerogenerador tendrá una potencia de 15 MW y, gracias a las favorables condiciones del emplazamiento, se espera que el futuro parque eólico flotante produzca más de 3.000 GWh al año, es decir electricidad suficiente para satisfacer el consumo de más de un millón de hogares italianos.
La joint venture está ultimando estudios técnicos y medioambientales detallados con el objetivo de presentar su solicitud de procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) a los ministerios competentes antes del verano italiano de este año.
Paralelamente a los estudios medioambientales, se iniciará una campaña de medición puntual de los recursos eólicos marinos, que durará aproximadamente 24 meses.