Por la 342ª vez una excelencia agroalimentar italiana alcanza un Sello de origen: se reconoció la Mela del Trentino (“Manzanas del Trentino”)  como Indicación Geográfica Protegida (IGP).

 

La Indicación Geográfica Protegida es un sello que se otorga a productos agrícolas, alimentares o vitivinícolos, garantiza la procedencia y lo relaciona de inmediato con la calidad, la salud y la tradición de un territorio.

 

La Comisión Europea acaba de reconocer la Manzana del Trentino como nueva IGP afirmando que el lazo entre este tipo de fruta y su zona de producción—la región Trentino en el Norte de Italia —se basa “en la reputación, relacionada con una larga historia que ha llevado a la construcción de sólidos vínculos con los consumidores”.

 

La inscripción de una nueva excelencia italiana en el Registro europeo fortalece el liderazgo de Italia por lo que concierne las producción agroalimentarias reconocidas de alta calidad. Los distintos tipos de sellos de denominación geográfica dan testimonio de estrictos controles y alto estándares de producción. No son galardones, sino una forma de reconocer y proteger la autenticidad de un producto local.

 

Y aquí se encuentra otro aspecto fundamental de las denominaciones de origen. Reconocer y proteger la autenticidad de un producto local significa incentivar la producción agrícola de aquella zona en particular, fortaleciendo así toda la cadena del valor, desde la tierra hasta la mesa.

 

 

Italia tiene el más alto número de productos con sellos de origen en el mundo: desde el Prosciutto de Parma hasta la Ricotta romana; desde la Soppressata de Calabria hasta el Azafrán de L’Aquila, pasando por la Grappa de Marsala y el Mirto de Cerdeña.

Hablamos del Parmigiano Reggiano cuando INAPI reconoció la denominación de origen el 24 de septiembre 2019.

 

Chile, por su lado, cuenta también con sellos de denominación de origen (Marca de Origen registrada e Indicación geográfica) otorgados por el INAPI (Instituto Nacional Propriedad Industrial). Hasta hoy son 37 los productos que pueden presumir de esta marca. Entre ellos, el Orégano de la Precordillera de Putre, los Dulces de La Ligua, el prosciutto de Capitán Pastene, el Cordero Chilote y la Langosta de Juan Fernández.

 

Un futuro sustentable depende también de la protección y del desarrollo de producciones locales que puedan generar cadenas de elaboración a bajo impacto ambiental; pero de alto impacto en las comunidades a nivel identitario y de generación de empleos y especializaciones.