Han sido meses complicados para los italianos que por ocho semanas han permanecido encerrados en sus hogares respetando las medidas de cuarentena decretadas por las autoridades nacionales. Este encierro está probablemente a la base de un nuevo fenómeno que las agencias inmobiliarias han detectado: el aumento en la demanda por casas de campo que ha crecido en un 20% entre febrero y abril en comparación con el mismo periodo del año pasado.
El hecho de pasar varias semanas encerrados en departamentos ha impulsado a los italianos a reconsiderar su forma de vida y sus opciones de vivienda, buscando un mayor contacto con la naturaleza y los espacios abiertos.
Según la información disponible, las parejas jóvenes están dirigiendo su búsqueda en las zonas de Monferrato y de las Langhe, esto debido a la grande diferencia de precio por metro cuadrado respeto a ciudades altamente pobladas como Milán.
Otras áreas que han despertado el interés de los italianos son las colinas de Piacenza, los Apeninos Emilianos, las colinas cercanas a Florencia o para los que disponen de más recursos económicos las colinas del Chianti.
Si antes las casas de campo eran consideradas una opción exclusiva para jubilados o una segunda vivienda para los extranjeros, ahora son los mismos jóvenes italianos que manifiestan el deseo de irse a vivir en una de ésta.
Esta nueva tendencia está también influenciada por los fuertes cambios en la forma de trabajar experimentados durante el lockdown gracias a la implementación del “smart working”.
La necesidad de buscar casas de campo podría implicar la recuperación de enteros pequeños pueblos (borghi) que se encuentran despoblados y tienen una elevada oferta de casas que pueden ser reestructuradas con diferentes formas de incentivos.
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mayo 26, 2020