Cuando todo termine, las ciudades que tienen este tipo de economía tendrán una ventaja, y Milán quiere estar en esa categoría

 

Con el proyecto “Strade Aperte” Milán, metrópoli entre las más golpeada en Europa por la pandemia, anunció que 35 km de calles se transformarán durante el verano en calles peatonales y ciclovías.

 

Durante la cuarentena, los ciudadanos milaneses son los que a nivel mundial redujeron mayormente los desplazamientos: dada 100 la cantidad de desplazamientos en un período normal, Milán en esos días resultaban igual a 3: significa que en Milán los desplazamientos se bajaron en un 97%.

 

Ahora que la capital económica de Italia, que con el resto del país ha entrado hoy en la Fase 2 de la emergencia empezando paulatinamente a reactivar diferentes actividades, marca una nueva hoja de ruta.

 

Con carriles bici temporales y definitivos, pavimentos nuevos y ensanchados, límites de velocidad de 30 km/h y calles prioritarias para peatones y ciclistas, el objetivo de la ciudad es muy claro: poner el espacio público a disposición de los ciudadanos.

 

Una estrategia que busca por un lado disminuir la presión sobre el transporte público (el 55% de los milaneses lo usa con viajes promedio de menos de 4 km) resguardando así la salud de los ciudadanos, y que por otro anhela ser el primer paso de una solución a largo plazo que llevará Milán a ser entre las áreas urbanas más a la vanguardia en Europa en términos de disminución de la contaminación del aire y consecuente calidad de vida (ya ocupa el primer puesto en Italia en este segundo indicador).

 

 

Trabajamos durante años para reducir el uso del automóvil. Si todos conducen un automóvil, no hay espacio para las personas. Por supuesto, queremos reabrir la economía, pero creemos que deberíamos hacerlo de una forma diferente a la anterior,” afirmó Marco Granelli, Asesor a la Movilidad de Milán. “Tenemos que reimaginar a Milán en la nueva situación. Tenemos que prepararnos. Cuando todo termine, las ciudades que todavía tienen este tipo de economía tendrán una ventaja, y Milán quiere estar en esa categoría«.

 

Los trabajos comenzarán en un tramo de 8 km de Corso Buenos Aires, una de las calles comerciales más importantes de la ciudad, con un nuevo carril bici y pavimentos ampliados. El resto del trabajo se completará a fines del verano boreal, dicen las autoridades.

 

El plan de Milán es tan importante porque presenta un buen libro de jugadas sobre cómo restablecer una ciudad ahora.” dijo Janette Sadik-Khan, ex comisionada de transporte de la ciudad de Nueva York. «Buscaremos orientación en Milán desde la ciudad de Nueva York».

Finalmente Italia y Europa decidirán ahora parte de su futuro para la próxima década. Una necesidad que se puede volver una gran ocasión. En este sentido Milán parece haber decidido como hacerlo: en bicicleta y, ojalá, marcando el camino para muchas ciudades más.