Un estudio reciente demuestra como el aceite de oliva, ingrediente a la base de la pirámide alimentaria de la Dieta Mediterránea, es clave para mejorar la esperanza de vida y mitigar las enfermedades relacionadas con el envejecimiento.

No es equivocado decir que el aceite de oliva es efectivamente un elixir de larga vida. 

 

Los beneficios del aceite de oliva se conocen desde la antigüedad, sin embargo recientes estudios sobre esta grasa y su papel fundamental en la Dieta Mediterránea han servido para avalar una vez más su impacto favorable sobre la salud, a través de la reducción del riesgo cardiovascular, de la mejora de la esperanza de vida y de la disminución de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento

 

No hace falta volver a subrayar los múltiples beneficios que la Dieta Mediterránea proporciona para la salud de quienes apliquen este estilo de vida: desde mantener un corazón más sano hasta disminuir el riesgo de enfermedades diabéticas. Sin embargo un estudio reciente, llevado a cabo por Departamentos de Medicina y Bioquímica, Biología Molecular y Biofísica de la Universidad de Minnesota y publicado en la revista Molecular Cell, ha señalado como el consumo del ingrediente base de la Dieta Mediterránea, el aceite de oliva, podría ser la clave para explicar el aumento de la esperanza de vida y la disminución de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento en las personas que disfrutan cotidianamente de la Dieta Mediterránea.

 

Según los investigadores estadounidenses, el contenido de grasa en el aceite de oliva activa una reacción antioxidante en las células, “rejuveneciéndolas” por así decirle.

 

El hecho es que en un principio se pensaba que estos beneficios de la Dieta Mediterránea surgieran de las propiedades del vino tinto, que  contiene un compuesto antioxidante de la familia de los polifenoles llamado resveratrol. Sin embargo, el trabajo en laboratorio de los científicos de la Universidad de Minnesota sugiere que, en cambio, sería la grasa contenida en el aceite de oliva la que activa esta reacción.

 

“Descubrimos la forma en que funciona esta grasa: primero debe almacenarse en células microscópicas llamadas gotas de lípidos. Y luego, cuando la grasa se descompone durante el ejercicio físico o el ayuno, entonces se realizan los efectos beneficiosos ”, dijo el leader del equipo de científicos, Doug Mashek.

 

Un descubrimiento muy interesante, sobre todo porque abre el paso a para nuevas y más detalladas  investigaciones cuyo objetivo será descubrir nuevos medicamentos o afinar aún más los regímenes dietéticos para mejorar la salud de las personas tanto a corto como a largo plazo.