El pasado viernes 22 de noviembre ha tenido lugar en Santiago la segunda edición del encuentro Dieta y Salud: una propuesta mediterránea para Chile (revisa aquí la primera edición). Objetivo: continuar impulsando, a través de un panel de científicos, académicos y expertos del rubro de la alimentación y de la nutrición una propuesta mediterránea para Chile.

Un proyecto que se basa en un hecho: Chile goza en su zona central de una clima parecido al de la Cuenca del Mediterráneo y, por lo tanto, podría replicar el mismo patrón en términos de estilo de vida saludable.

 La Dieta Mediterránea, científicamente considerada entre las más saludables del planeta y declarada Patrimonio Inmaterial de Unesco, podría convertirse en una concreta herramienta para comenzar a solucionar los problemas de obesidad y enfermedades cardiovasculares que actualmente padece un alto porcentaje de chilenos.

El encuentro ha sido inaugurado por el Embajador de Italia Mauro Battocchi, quien ha subrayado como la aplicación de hábitos alimenticios saludables sea vital para alcanzar una mejor calidad de vida: “El tema de la alimentación es un tema muy relevante hoy en día, sobre todo para el publico chileno –ha explicado el Embajador- Sabemos que los buenos hábitos alimenticios son claves para alargar la vida de las personas y para hacerlas más agradables. Por eso hoy más que nunca es importante hablar de dieta y salud.

Un concepto, aquel que relaciona prácticas saludables con un aumento de la calidad de la vida, que ha sido remarcado también por las intervenciones de Ricardo Rapallo, representante de Fao en Chile, y de Daniela Godoy, Secretaria Ejecutiva del programa “Elige Vivir Sano”.

El primer panel de la jornada, “La Dieta Mediterránea como herramienta de prevención de enfermedades”, ha sido protagonizado por Daniele del Rio, Director de la Escuela de Estudios avanzados en Alimentos y Nutrición de la Universidad de Parma (Italia), Attilio Rigotti, Director del Departamento de Nutrición de la Pontificia Universidad Católica y Alejandra Domper, Secretaria Ejecutiva del programa internacional de educación alimentar 5 al día.

Tema principal: la posibilidad de utilizar la Dieta Mediterránea como remedio contra los problemas de malnutrición que afectan hoy en día a Chile y que se traducen a menudo en enfermedades cardiovasculares o relacionadas con la obesidad.

De hecho Chile no solo ocupa el tercer lugar entre los países latinoamericanos  por lo que concierne los problemas de obesidad, sino que lidera la clasifica mundial con respecto a la obesidad infantil y presenta niveles muy elevados de obesidad femenina.  Una situación sin duda preocupante que, según conversado en el panel,  tiene que ver en primer lugar con una alimentación basada en productos procesados, pero también con un estilo de vida generalmente sedentario.

Al respecto Daniele Del Rio, Director de la Escuela de Estudios avanzados en Alimentos y Nutrición de la Universidad de Parma, ha remarcado como la aplicación de un patrón de tipo mediterráneo –aunque no podría ser la única medida para contrarrestar el alarmante aumento de los niveles de obesidad en la población- sin duda afectaría de manera positiva la calidad de vida de los chilenos y sería un instrumento de enorme relevancia a la hora de mejorar la salud general de las personas. Además porque Chile es un país privilegiado, contando con una zona mediterránea que fácilmente aportaría productos de calidad y naturales a las mesas de las familias.

Por esta razón en el segundo panel –“¿La Dieta Mediterránea es económicamente viable para Chile?”- se han analizado las políticas socio-económicas necesarias para una concreta aplicabilidad del modelo nutricional mediterráneo en Chile. Al debate han participado Guadalupe Echeverría, Gerente del Centro de Nutrición Molecular y Enfermedades Crónicas de la Pontificia Universidad Católica, Ornella Tiboni, Consultora en Nutrición y Sistemas Alimentarios de la FAO, Nuri Gras, Secretaria Ejecutiva de la Agencia Chilena para la Inocuidad y calidad Alimentaria y Alfredo Schiappacasse, Gerente General de TerraMater.

La conversación se ha centrado en la necesidad de impulsar políticas públicas y privadas que no solamente hagan más accesible las elecciones alimentares saludables, sino que las conviertan en la mejor opción.  En este sentido un rol fundamental lo juega la educación, ya que  modificar la manera de pensar el momento de la comida, transformándolo en un momento de colectividad familiar y social (aspecto imprescindible del estilo de vida mediterráneo) es clave para alcanzar el objetivo.

La segunda edición de “Dieta y Salud” ha sido nuevamente un importante momento de encuentro entre Italia y Chile; un momento necesario para comenzar el 2020 con nuevos estímulos para seguir impulsando un proyecto tan necesario y actual como es una “Propuesta Mediterránea para Chile”.