En la actual emergencia Covid muchos italianos se están esforzando para ayudar las personas en dificultad. Señalamos a la atención de los lectores de VAI.cl la actividad de Padre Christian Borghesi y Padre Matteo Martinelli, dos frailes franciscanos en el Santuario Inmaculada Concepción de San Ramón. Hospedamos aquí en nuestro portal el conmovedor testimonio de Padre Borghesi.

 

Quien desease donar para ayudar personas que enfrentan graves dificultades a través de Padre Borghesi y Padre Martinelli encontrará aquí abajo las indicaciones para hacerlo.

 


 

San Ramón – Santiago de Chile, 1 de julio de 2020

 

Queridos amigos y amigas:

 

Les comparto una breve descripción de nuestro compromiso en este tiempo de pandemia, que nos ha afectado a todos en diferentes niveles sanitario, psicológico, laboral, económico, relacional, etc., y que para los que vivimos en las periferias territoriales y existenciales de nuestro país, ha perjudicado la vida de nuestra población hasta en las necesidades más básicas de poderse alimentar, abrigar, alojar y comunicar, entre otras.

 

Somos una comunidad de cuatro frailes franciscanos conventuales, los de las basílicas de San Antonio de Padua y de San Francisco de Asís, dos italianos del Trentino y dos rumanos, que atendemos la parroquia del Santuario Inmaculada Concepción, una de las iglesias más importantes e históricas de la zona sur de Santiago, en la intersección de Avenida Santa Rosa con Américo Vespucio (el 25 de Santa Rosa), en la Comuna de San Ramón y al confín con La Granja.

 

 

Nuestro sector ya tenía todos los problemas de las periferias: narcotráfico, escases de servicios y de fuentes de trabajo, hospitales y escuelas con buenos profesionales pero con escasos recursos y resultados contradictorios y, por supuesto, la migración hacia otras comunas de aquellos jóvenes que logran un título superior y un buen trabajo a cambio de la llegada de los más pobres entre los migrantes, en su mayoría haitianos. Los últimos meses del 2019 hemos padecido el saqueo y la completa destrucción de los tres supermercados, los dos bancos, el correo y unas tiendas que antes ofrecían servicios y trabajo a nuestra gente, quedando el sector aún más pobre. El Coronavirus ha golpeado una situación que ya era bastante crítica, con un creciente desempleo y la mayoría de las familias endeudadas.

 

Las ayudas estatales han mitigado parcialmente la crisis económica y laboral de nuestra gente, por lo menos de los que se han podido acoger a la Ley de Protección al Empleo y que tienen un hogar propio. Mayores dificultades están viviendo cuantos tienen que pagar un arriendo o que no tenían un trabajo regularizado y con todos los papeles al día. El 70% o 55% de un sueldo mínimo en la mejor de las hipótesis, o un bono o una caja de mercadería no son suficientes para una familia generalmente numerosa y que tiene otros gastos además de la alimentación.

 

Por esta pobreza económica, sumada a la pobreza cultural, en una comuna donde las grandes empresas de comunicación no quieren trabajar (desde hace cuatro meses Movistar nos ha dejado sin teléfono y sin internet, por ejemplo) y tampoco lo hace el delivery, la gente se ha visto obligada a salir de su casa para generar cualquier ingreso aunque mínimo, para comprar o recibir comida, para cualquier otro servicio básico de documentación, pagos de cuentas o compra de medicamentos, por ejemplo. Así que las comunas de San Ramón y de La Granja terminan el mes de junio en el podio por tasa de contagios acumulados y comparten con la periferia norte los primeros lugares de la tasa de mortalidad.

 

Nuestra parroquia está tratando de ayudar a las familias de nuestro alrededor principalmente con la entrega de mercadería, coordinando la ayuda que llega desde diferentes instituciones y asociaciones, integrándola con más beneficios en los casos que nuestra base de datos arroje como más desamparados y necesitados. A partir de este mes, integraremos el ofrecimiento mensual de un galón de gas para aquellas familias que han visto afectados sus ingresos y reducido su poder de compra.

 

La parte más relevante de nuestra actividad social se desenvuelve con los migrantes haitianos. El Santuario y su Fundación Bienvenido Hermano son un lugar de referencia en la coordinación de la pastoral de migrantes de la Iglesia, guiada por el instituto Incami, no sólo por haber implementado y desarrollado una acogida integral y cursos de castellano de diferentes niveles, sino por ser los primeros – y en algunos casos los únicos – en haber levantado cursos de preparación a los exámenes para reconocer sus títulos de estudio, en haber integrado hermanos haitianos en Institutos de educación media y superior acompañándoles con tutorías, en haber baipaseado la discriminación hacia la mujer haitiana con cursos reservados para mujeres, en apoyar la lucha a la trata de extranjeros siendo parte de la Red Clamor Chile y en ayudar la comprensión de las diferencias culturales en temas sanitarios integrando la Red de Salud Metropolitano Sur Oriente. Aún en tiempo de pandemia estamos acompañando a los haitianos que reciben clases on-line en sus institutos, aunque nos falten todavía computadores portátiles y conexiones a internet.

 

Por lo que se refiere a este tiempo de pandemia, nuestra labor ha tomado  un rol protagónico y la base de datos ha ido sumando a los haitianos de toda la zona sur de la ciudad, llegando a un número alrededor de 800 haitianos entrevistados. Eso está permitiendo a nuestra Fundación cumplir una función de enlace con el Seremi de Salud Sur Oriente en la notificación y acompañamiento de los casos de contagio en la población haitiana. Además se está brindando una permanente ayuda on-line para todos los trámites laborales, postulaciones a subsidios y bonos que les puedan corresponder, y una red de ayuda alimentar para todas las familias que lo necesitan, 170 en este momento. Consideramos a nuestros haitianos los más necesitados entre los pobres, por no recibir la ayuda de otras Fundaciones estatales o no gubernamentales, como es el caso de migrantes de otras nacionalidades. Además, todos ellos viven en arriendo y ninguno tiene más que un sueldo mínimo, siendo que no se les reconoce sus estudios previos ni sus profesiones. En este tiempo de cuarentena, aproximadamente el 10% de nuestros haitianos sigue trabajando, el 60% recibe un aporte menor por seguro de cesantía o acuerdos con las empresas, el 30% no tiene ingresos. Eso hace que en la gran mayoría de los casos el dinero no les alcance para arriendo, pago de servicios básicos, compra de gas y mercadería, y ahí es donde intervenimos gracias a las donaciones que nos llegan.

 

He presentado a grandes rasgos nuestra labor en la periferia de Santiago, como manera de dar a conocer una realidad compleja y de agradecer a cuantos nos sostienen con su cercanía y su apoyo.

 

¡Paz y bien!

 

p. Christian Borghesi

 


 

Si alguien quisiera enviar una donación:

 

Parroquia Inmaculada Concepción                                                  Fundación Bienvenido Hermano

Rut: 81.795.160-0                                                                                           Rut: 65.181.113-9

Banco de Estado                                                                                             Banco de Estado

Cuenta Corriente: 6246001                                                                         Cuenta Corriente: 100010437

 

Mail: secretaria@santuarioinmaculadaconcepcion.cl                     Mail: fundacionbienvenidohermano@gmail.com

 

Más información: https://www.bienvenidohermano.org/

Para comunicarse: christian.borghesi@ppfmc.it