En 1904 un grupo de familias procedentes de algunos pueblos cercanos a la ciudad de Modena, Zocca y Pavullo nel Frignano en particular, decidieron dejar atrás sus hogares para perseguir el sueño de una vida mejor al otro lado del mundo, entre los bosques de la Araucanía. Unos años más tarde nacería el pueblo de Capitán Pastene, actualmente famoso por el gran número de turistas que recibe debido a la increíble capacidad de la comunidad de cosechar el legado italiano haciendo de Pastene una pequeña Italia en el medio Chile.
Y hoy, más de un siglo después de la primera oleada de emigrantes italianos, en ocasión de un nuevo aniversario de la fundación de Pastene, un grupo de estudiantes del Instituto Cavazzi de Pavullo, han podido emprender –aunque sin experimentar las dificultades que sí tuvieron que sobrellevar los primeros emigrantes- un viaje a Pasetene con el objetivo de conocer y reforzar aquel puente cultural y tradicional que sigue uniendo las dos comunidades.
Así -tras el pacto de amistad entre Pavullo y Pastene firmado el año pasado y gracias al haber ganado una postulación de la región Emilia-Romagna relacionada con los proyectos que apuntan a valorizar las comunidades emiliano-romagnole en el mundo- el pasado 3 de marzo han llegado a Capitàn Pastene los doce estudiantes del Instituto Cavazzi Sorbelli que durante casi tres semanas se estarán dedicando tanto a aprender como a enseñar con el anhelo de construir metaforicamente un nuevo y joven “puente” entre Pavullo nel Frignano y la encantadora localidad chilena marcada por la inmigración emiliana en 1905.
Los acompañan el preside del colegio, Stefano Graziosi, la profesora de castellano Federica Barbieri y Mario Parenti, fundador de la “Asociación Antonio Parenti” desde siempre empeñada en mantener los lazos entre Pavullo y Pastene.
Los estudiantes se quedarán en la Araucanía hasta el día 19 de marzo y, además de participar en las celebraciones de la fundación de Pastene, serán protagonistas de varias actividades; como por ejemplo dar unas cuantas clases de italiano en el colegio de Pastene. El objetivo, como dicho, es fortalecer los lazos italo-chilenos que aún hacen posible que Pastene sea una tierra única en la cual conviven ambas tradiciones: la chilena y la italiana.
Los alumnos aseguran haber quedado impactados descubriendo como a 12.000 kilómetros de su casa exista un pueblo donde Italia, y más en particular Emilia-Romagna, sea un elemento social, cultural y tradicional tan fuerte y presente. Sin embargo, y eso también es parte imprescindible de la experiencia, los jóvenes subrayan como haya sido inspirador también conocer la variedad de las tradiciones chilenas; desde los bailes como la cueca con el cual se los recibió en la escuela de Pastene, hasta los platos típicos que han podido probar en las familias pasteninas que los están hospedando.
