Si hay algo que caracteriza el verano italiano es el aumento del consumo del helado, aunque en realidad el consumo de este producto tan preciado se realiza durante todo el año, gracias también a los numerosos sabores exhibidos en las heladerías de toda Italia.

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Las orígenes de esta exquisitez remontan a la dominación árabe en Sicilia, cuando en la isla italiana llegaron las primeras plantaciones de caña de azúcar y de limones que juntos a la sal y a la nieve del volcán Etna, están a la base del sorbete. No podemos todavía hablar de helado, del cual se diferencia por la ausencia de leche. El siguiente paso hacia la elaboración del helado se realiza en Toscana gracias al arquitecto Bernando Buontalenti, que en ocasión de la visita de una misión española en la ciudad de Florencia, comisionó una torta de crema helada gracias a un sistema de enfriamiento que el mismo había inventado.

Un siglo después, siempre en Sicilia, se inventa el helado como actualmente lo conocemos. Se cree que el creador de este postre es Procopio Cutó que mejora los anteriores métodos de producción.

Ice cream cart

En 1686 se inaugura en la ciudad de París el Café Procope donde se servía una gran cantidad de helados, recibiendo por parte del Rey Sol la licencia exclusiva por su fabricación. Ya en el siglo XVIII el helado es extremadamente popular en las principales capitales europeas, sin embargo a causa de su elevado costo todavía es al alcance de la èlite del periodo.

La difusión a escala inicia en 1770 y es un italiano, el genovés Giovanni Bosio, que abre a New York la primera heladería artesanal. El éxito es estrepitoso y lentamente empiezan los procesos de industrialización del producto.

 

 

Ice cream preparation

Los italianos consumen en promedio 6 kilos per cápita de helado artesanal al año e Italia es el primer productor europeo con 595 millones de litros.

Actualmente se cuentan más 600 sabores, por un producto que evoluciona constantemente y que siempre deleita al turista en su paso por Italia.