Gracias a los esfuerzos de una doctora italiana, Maria Elena Bottazzi, codirectora del Centro de Desarrollo de Vacunas del Texas Children’s Hospital, se ha creado CORBEVAX, una nueva vacuna eficaz contra la variante Delta, con el objetivo de poder vacunar a todos aquellos que aún no han podido recibir una dosis, por vivir en países que carecen de recursos y medios para afrontar los enormes gastos necesarios para garantizar una campaña de vacunación eficaz.

 

Maria Elena Bottazzi, junto con su colega el Dr. Peter J. Hotez, dirigió el equipo de investigación que logró este importante resultado.

El Hospital Baylor College di Houston (Texas) en el que trabajan Bottazzi y Hotez se alió con el laboratorio indio Biological E. para compartirles información y que hicieran los estudios necesarios para comprobar la seguridad y la eficacia de la vacuna.

 

El gobierno de India ya encargó 300 millones de vacunas a Biological E. Además, Bottazzi sostiene que la idea es que en marzo la Corbevax ingrese al mecanismo Covax, con el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) busca una distribución equitativa de las vacunas entre los países menos desarrollados.

 

Según un estudio de Fase III entre 3000 voluntarios, CORBEVAX tuvo una eficacia del 90% para prevenir la enfermedad causada por la versión original del SARS-CoV-2, y del 80% para la variante delta. Los datos de estos estudios aún no fueron publicados, por lo que algunos especialistas prefieren ser cautelosos.

 

La vacuna CORBEVAX se produce por fermentación microbiana en levadura, una tecnología que se utiliza desde hace décadas, similar al proceso utilizado para fabricar la vacuna recombinante contra la hepatitis B que ya producen y utilizan muchos países del Sur. Esto permitirá la producción local de las vacunas COVID-19 siguiendo el modelo de CORBEVAX. El Texas Children’s Hospital y el Baylor ya han concedido licencias de su tecnología de vacunas a empresas de Indonesia y Bangladesh y para su producción en países africanos como Botsuana. Esta tecnología de vacunas y los acuerdos de licencia con socios de codesarrollo son un ejemplo ideal de cómo las vacunas COVID pueden y deben producirse localmente y de forma generalizada en los países del Sur Global, y del papel concreto e indispensable de la solidaridad científica.

 

Cualquier persona en el mundo, siguiendo las instrucciones del ‘kit de inicio’ que concibieron, desde el procedimiento sobre cómo hacer la fermentación para crear una proteína y purificarla, puede hacer dicha vacuna con aproximadamente el 80% de eficacia.

 

La principal característica de CORBEVAX, junto con el uso de una tecnología ampliamente conocida y su bajo costo, es que no tiene patente.

Maria Elena Bottazzi y Peter Hotez quisieron así enviar una señal fuerte en la dirección del acceso justo y universal a las vacunas y sus beneficios.