Hoy empezamos una rubrica turístico-cultural que nos llevará a recorrer los 55 sitios patrimoniales de Unesco que se encuentran en Italia, el país con el mayor número de lugares Patrimonio de la Humanidad en el Mundo. Empezamos con Matera, joya del centro Italia, claro ejemplo de las diferentes culturas que desde siglos han habitado la Península, Capital Cultural Europea en 2019.

Matera se encuentra en la región de Basilicata. El sitio Patrimonio Mundial comprende los “Sassi” (las Rocas) y el Parque de las Iglesias Rupestres, un conjunto de casas, iglesias, monasterios y eremos construidos dentro de las grutas naturales de la Murgia, un altiplano calcáreo caracterizado por profundas grietas, barrancos, rocas y cuevas.

Desde siempre en esta zona el hombre ha elegido vivir en las grutas, testimoniando una adaptación al entorno que con el paso de los milenios se ha traducido en una forma de habitar, peculiar de Matera, de excepcional valor cultural y antropológico.

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Las habitaciones en los dos “Sassi” de Matera, el Caveoso y el Barisano, rodean la Civita, es decir el núcleo más antiguo de la ciudad que se encuentra en la parte más elevada. Las cuevas en los “Sassi” son de diferentes formas y dimensiones y, con el paso del tiempo, se convirtieron en la base para la sobreelevación de las primeras habitaciones, perfectamente integradas con el entorno también gracias al utilizo de las mismas rocas de excavación.

El resultado es un conjunto de demoras de tonos grises y blancos que con mucha dificultad se distinguen de las rocas dentro de las cuales se insertan. La típica casa dentro de los “Sassi” de Matera está compuesta por tres niveles, que comprenden el establo, la bodega y la cisterna. En la mayoría de los casos los ambientes eran mixtos, siendo muy común que existiesen habitaciones que hospedaban seres humanos y animales.

Las casas en los “Sassi” han sido abandonadas a partir de 1952 y hoy muchas de estas, transformadas en hoteles o en estructuras para recibir los turistas, ofrecen a los visitadores la posibilidad de la experiencia de la vida en una cueva.

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El Parque de las Iglesias Rupestres comprende más de 150 ejemplos de chiese in rupe a menudo con frescos o con bajorrelieve; un patrimonio del arte sagrado que testimonia las diferentes etapas históricas y culturales del territorio. La costumbre materana de la cotidianidad rupestre influenció también los lugares de culto que se adaptaron a la dimensión hipogea. Las iglesias muchas veces presentan un solo ambiente, algunas con dos o tres naves; suele pasar que sean completamente cavadas dentro de la roca, aunque algunas muestren una fachada edificada.

Sin embargo el elemento constante es la presencia difusa de este tipo de construcción en todo el territorio. Las primeras iglesias en roca remontan a la cultura monástica medieval, a partir del siglo VIII. En los dos siglos siguientes la ciudad vivió olas religiosas de carácter bizantino y, huyendo de los conflictos, llegaron desde el Oriente eremita y anacoretas quienes encontraron en el altiplano materano el espacio perfecto para las oraciones y la vida en soledad. Los monjes cavaron celdas, realizaron cisternas , realizaron en la roca iglesias simples pero de gran encanto que llevaban impresa en las paredes la cultura griego-oriental.

Cripta-del-Peccato-Originale

Entre las iglesias rupestres se encuentra la “Cripta del peccato originale” (Cripta del pecado original), considerada la Capilla Sixtina de la chiese en rupe, ya que contiene un ciclo pictórico del siglo X con fuertes analogías con la tradición longobarda.