Sin duda 2020 ha sido un año difícil, entre pandemia, lockdown y las consiguientes dificultades económicas que han impactado fuertemente la vida de todos los italianos.

 

Doce meses sin precedentes para los cuales el principal diario financiero nacional, Il Sole 24 Ore, ha elaborado su habitual ranking de ciudades italianas por calidad de vida basándose en la análisis de 90 indicadores sociales, demográficos, económicos y culturales que, este año, han sido actualizados tras la emergencia coronavirus.

 

La sorpresa es que la primera posición la gana Bologna, tras una hegemonía de Milano en los últimos años.

 

Un resultado, el obtenido por la “capital” emiliana en la 31ª Encuesta de Bienestar en los Territorios, que también cuenta el diferente impacto en los distintos territorios de la propagación del Covid-19.

 

La capital emiliana, primera en Riqueza y Consumo, cuarta en Negocios y Trabajo, segunda en Medio Ambiente y Servicios, tercera en Cultura y Ocio, sube 13 posiciones respecto al año pasado, una tendencia que ha caracterizado a todos las provincias de Emilia-Romagna, que tiene cinco ciudades (de un total de nueve) entre las veinte mejores de Italia: encontramos a Parma en el octavo lugar, Forlì Cesena en el 14, Modena en el 15 y Reggio Emilia en el 17.

 

 

En lo más alto del ranking, se confirman las ciudades del Norte, acostumbradas a ocupar puestos altos: la segunda es de hecho Bolzano, mientras que Trento es tercera. Ambas lograron mantener sus posiciones incluso en el año de la pandemia.

 

Ampliando la mirada, se observa que las provincias lombardas están particularmente penalizadas por la propagación del coronavirus, siendo las más afectadas durante la primera ola de contagios.

 

En cuanto al Sur, las áreas metropolitanas están ganando posiciones en el capítulo de Demografía y Salud precisamente porque el virus ha golpeado con más fuerza en otros lugares.

 

 

El dinamismo empresarial, además, caracteriza a algunos territorios más inclinados a aprovechar las oportunidades incluso en la pandemia. En particular, el e-commerce se ha incrementado particularmente en provincias como Lecco, Prato, Brindisi y Matera, mientras que el boom de las start-up se registra sobre todo en Imperia, Viterbo, Arezzo y Siena.

 

Finalmente, en el país, persisten diferencias en el frente de la evolución digital, que ha experimentado un impulso sin precedentes y representa un salvavidas para muchos sectores, convirtiéndose en un asset cada vez más importante para el futuro. En este sentido, entre los primeros lugares está Florencia, premiada por el índice de transformación digital y, desde luego, Milán.

 

De la clasifica y del resultado de cada indicador emerge una conclusión esperanzadora: pese al golpe de knock-out dado por el impacto del Covid-19, Italia parece tener todavía unas piernas firmes frente a la crisis.

 

Si es verdad que territorios que generalmente ocupan las partes altas de la clasifica padecen las consecuencias mayores, las bases del País no se han derrumbado, señal de que por lo general se mantienen excelentes niveles de bienestar adquirido y servicios a los ciudadanos.

 

Una buena señal de cara a 2021.