Una huella muy grande dejaron los italianos que llegaron a Valparaíso entre fines del siglo XIX y principio del siglo XX en el sector de la moda.
Tal como nos consigna el documento “Censo comercial e industrial de la colonia italiana en Chile” varias fueron las actividades comerciales relacionadas con el sector textil que los italianos emprendieron en la ciudad porteña.
Desde los trajes para caballero a los sofisticados vestidos para las señoras de la época y hasta los sombreros, accesorio infaltable para otorgar el toque de elegancia, los italianos se ganaron fama con sastrerías y sombrererías donde comercializaban productos importados desde Italia o confeccionaban prendas a medida utilizando las mejores telas italianas.
Una de la más destacadas fue la renombrada sastrería El Quirinal, fundada en 1911 por el napolitano Antonio Nocera que atendía una numerosa y distinguida clientela y con mucha dedicación se especializó en la confección de trajes de etiqueta.
Los hermanos Italo y Rafael Castelli, crearon en 1925, la sastrería que llevaba su proprio nombre y se especializaron en la confección de prendas en cachemira.
De profesión cortador, Juan Lombardi llegó de Roma a Valparaíso en 1924 y utilizando sus habilidades creó una sastrería que llevaba su nombre, destacándose por los cortes de las telas y la confección personalizada de los trajes.
Una de las sombrererías más antigua de la cual hay registro es la creada en 1888 por Angel Presciutti que comercializaba una selección exclusiva de los sombreros marca Borsalino e Figlio y que posteriormente pasó en las manos de los hermanos Carozzo.
Con un nombre claramente inspirado en su ciudad nativa, Pompilio Pieri creó en 1912 la sombrerería “A la ciudad de Florencia”, que cautivó un importante número de clientes gracias a la habilidad en la confección de sombreros a la medida.