Se acerca la V Settimana della Cucina Italiana nel Mondo que a finales de noviembre celebrará la cultura gastronómica italiana y su rica producción agroalimentaria. Los invitamos a descubrir informaciones y curiosidades sobre algunos destacados productos italianos protegidos por los sellos de origen D.O.P. e I.G.P. que forman parte de la tradición culinaria italiana y de la Dieta Mediterránea.

 

Cada bocado de Prosciutto San Daniele es una experiencia de bondad y delicadeza. Cada rebanada es el resultado de una tradición centenaria que ha hecho de San Daniele una excelencia italiana apreciada en todo el mundo.

 

Una excelencia profundamente ligada al lugar donde se produce, el Friuli, con los vientos que soplan desde los Alpes hasta el Adriático.

En total hay 3927 granjas autorizadas y 116 mataderos de los que proceden las patas para producir San Daniele. Las fábricas de jamón, en cambio, son 31, todas miembros del Consorcio que ha estado involucrado en la protección de la cadena de suministro desde 1961.

 

Prosciutto di San Daniele proviene de las manos expertas de unos pocos maestros jamoneros que, a través de conocimientos ancestrales y reglas rigurosas, transforman la carne y la sal en una obra maestra de sabor y delicadeza.

 

 

Las características del DOP San Daniele son estrictas: el peso del jamón entero (incluido el hueso) nunca debe ser inferior a 7,5 kg y, por lo general, se sitúa entre 8 y 19 kg; y desde el corte de muslos frescos hasta el final del período de curación todo el proceso debe realizarse dentro del Municipio de San Daniele del Friuli.

Solo así se logra que cada jamón sea el resultado de un proceso artesanal que se desarrolla respetando una tradición transmitida durante siglos a través de familias y generaciones.

 

Por esto el jamón San Daniele es único, y por eso la Unión Europea lo ha reconocido como producto con Denominación de Origen Protegida (DOP), certificando su zona de origen y la singularidad de las técnicas de procesamiento.

 

Además el Prosciutto di San Daniele es un producto completamente natural, elaborado únicamente con carne de cerdo italiana, sal marina y aire de San Daniele. Libre de aditivos y conservantes, es nutritivo y de fácil digestión. Fuente de proteínas nobles, vitaminas (B1, B6, PP) y minerales (fósforo, zinc y potasio), contiene pocas grasas y todas las «buenas», las monoinsaturadas, que la hacen ideal para todas las dietas y todas las edades.

 

Finalmente, algún consejo para degustar el San Daniele: la mejor manera es obviamente probarlo solo, “puro”, o con un poco de pan casero.

Asimismo la combinación más usada es con el melón. Una relación –la del San Daniele con la fruta– que funciona siempre muy bien, aunque se trate de frutos más ácidos, como frutos rojos o cerezas, o incluso muy dulces, como los higos.

Y siempre, ojalá, una buena copa de vino blanco.

 

Aquí les dejamos un video del Consorzio que protege la antigua tradición del Prosciutto San Daniele que testimonia la importancia de los lazos estrechos entre hombre, territorio y producto en la elaboración de este delicioso jamón.